sábado, 12 de junio de 2010

“¿Cómo enseñar mi asignatura?”


He impartido la asignatura de Lengua Adicional al español en el Plantel Nuevo León de CBBC desde 1993, y la pregunta es: “¿Cómo enseñar mi asignatura?” Este cuestionamiento implica el involucrar infinidad de factores. Primeramente, el dominio de una lengua extranjera abarca 4 habilidades básicas:
Leer en esa lengua extranjera
Escuchar y comprender lo que se dice en esa lengua extranjera.
Escribir
Y de forma primordial: hablar

Y aun dentro de estas 4 habilidades, cada una de ellas contempla diversos niveles: básico, novato, intermedio, avanzado y superior, los cuales pueden ser sub-divididos en otros niveles: novato básico, novato intermedio, novato avanzado y novato superior, dependiendo de la institución educativa que decida la duración de los cursos y el enfoque o método que vaya a regir sus programas, así como el curso que se elija, integrante importante de este proceso. Cada uno de estos niveles se encuentra claramente definido en cuanto a la capacidad que debe demostrar el individuo al comunicarse y han sido establecidos por el Concejo Americano de Maestros de Lenguas Extranjeras o ACTFL por sus siglas en inglés.

http://schoolcomputing.wikia.com/wiki/ACTFL_performance_guidelines_for_Speaking

¿Cómo enseñar inglés? La práctica en un ambiente relajado, natural y ameno obra maravillas. El vocabulario se adquiere poco a poco, los temas de interés motivan al alumno, y una relación cordial y amable con el maestro a cargo permite que poco a poco el estudiante vaya expresando sus opiniones, ideas o preferencias en frases más elaboradas que contengan un vocabulario cada vez más complejo.

¿Tiempo que se necesita para dominar una lengua extranjera? Una vez más, depende de muchos factores. Puede llevar 6 meses si el alumno vive, come, duerme, respira y habla únicamente el idioma que desea aprender, o de 3 a 6 años si se estudia un promedio de 6 horas por semana.

Como ven, existen multitud de factores.

domingo, 6 de junio de 2010

CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE


CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE
¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?
La asignatura que imparto es la de Inglés, oficialmente llamada Lengua Adicional al Español, y considerando lo que implica el poder comunicarse en una lengua extranjera, es decir, estar capacitado, ser competente para expresar y comprender ideas en una lengua distinta a la nuestra implica el identificarme con las ideas básicas del socio-constructivismo basado en las ideas de Vigotski que Pere Marqués plasma en su documento, pues en él afirma que esta concepción del aprendizaje consiste en un proceso personal de construcción de nuevos conocimientos a partir de los saberes previos (actividad instrumental), pero simultáneamente no se aparta de la situación en la que se produce.
Esta concepción del aprendizaje enfatiza la importancia de la interacción social, el aprendizaje colaborativo y situado; y por lo tanto, me parece la más congruente con el enfoque por competencias debido a que para llegar a comunicarse en inglés es indispensable iniciar de los más sencillo e ir avanzando hasta un punto en el que todo aprendizaje tenga lugar en un contexto en el que los participantes negocien los significados.
Me parece también congruente con el enfoque por competencias cuando establece que el aula debe ser un campo de interacción de ideas, representaciones y valores y concluye que la interpretación es personal, de manera que no hay una realidad compartida de conocimientos. Por ello, los alumnos individualmente obtienen diferentes interpretaciones de los mismos materiales, cada uno construye o reconstruye su conocimiento de acuerdo a sus propios esquemas, saberes y experiencias; y es precisamente la experiencia adquirida a traveseé de la práctica constante lo que permitirá a cada joven llegar a ser competente en la comunicación en una lengua extranjera.

sábado, 5 de junio de 2010

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias



APRENDIZAJE ¿ALGO TRIVIAL?

Respondemos a nuestra interrogante: ¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
De acuerdo a la gran cantidad de información leída en el documento de Xavier Vargas, de ninguna manera se puede considerar al aprendizaje como algo trivial, pues el hecho de analizar la palabra aprender, o aprehender tiene distintas definiciones, pero una conclusión sería la del estudiante de asirse, poseer o aferrarse a un conocimiento para lograr desarrollar una competencia, lograr mejorar en un aspecto específico de la vida. Y el trasfondo de cualquier conocimiento son las actitudes y valores que rigen al individuo, pues habrá de manejar ese nuevo conocimiento en virtud de la visión muy personal que se tenga acerca de cada situación.
En cuanto al maestro, ¿es un facilitador, guía, capacitador u orador? Considero que en determinados momentos somos todos ellos. De ninguna manera se sataniza la enseñanza oral, a manera de cátedra, siempre y cuando el orador tenga el carisma, el conocimiento y la capacidad de transmitir o compartir sus saberes con los oyentes. Pero cuando se posee la sapiencia necesaria, se debe saber enfrentar a los alumnos con situaciones de aprendizaje en donde ellos mismos desarrollen o planeen las estrategias necesarias para poner en práctica lo aprendido y le ayude a salir triunfante de esas situaciones preparadas por el maestro. En la planeación de estas situaciones didácticas se nos insta a tener mucho cuidado de no exigir a los jóvenes que busquen una solución a problemas demasiado complejos para ellos, que es el caso que puede presentarse cuando el docente se enfoca en las áreas de conocimiento que a él le agradan más, o profundiza en aspectos que no atañen directamente a la situación plasmada, como el caso del joven al que se le pide pilotear un Boeing 747 cuando apenas se le está enseñando el concepto de volar, la gravedad y la velocidad.
Lo mismo podría ocurrir en cualquier otra asignatura, ejemplo: En la clase de inglés de segundo semestre se están viendo los verbos irregulares en pasado. Lo ideal, o la situación didáctica más común sería lograr que el alumno pueda expresar, narrar o describir las actividades que realizó durante sus últimas vacaciones o que comparta la biografía de su artista, o personaje favorito, y no demandar que investigue y narre todo un periodo histórico de los campos de concentración o el trato a prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, simplemente porque ese es un tema que desde siempre le ha interesado al maestro.
Este es un tema muy amplio y lo que más llamó mi atención del documento de Vargas fue precisamente el énfasis que hace en el hecho de conocer el QUÉ se va a ensenar, y no el CÓMO. Y ese es precisamente el problemas más fuerte que identifico en las aulas, pues siendo tres o seis maestros quienes imparten la misma asignatura utilizando el mismo programa de estudios en un mismo plantel educativo, al revisar avances programáticos como jefe de materia en reunión de academia y acordar el examen escrito y el proyecto que debe presentar el estudiante para demostrar el grado de dominio de los contenidos de ese bloque, los resultados y diferencias de un grupo a otro llegan a ser abismales, de manera que concluyo que lo que define el logro de una competencia o no, incluso cuando las actividades a realizar han sido ya detalladas y entregadas a cada docente, es la visión del maestro acerca de su propia labor, así como el trato o relación que lleva con sus alumnos. A algunos les parecerá cosa fácil impartir menos clase y comentar otras cosas en el aula, otros pueden estar en el aula pero dedicar ese tiempo a hacer otras cosas ajenas a la clase, o faltar indiscriminadamente a clase debido a situaciones personales.
Entonces, incluso si el CÓMO ya está definido, lo que en última instancia considero que define el logro de competencias en menor o mayor grado es, de acuerdo a Perrenoud, “….la capacidad de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos, pero que no se reduce a ellos”.

Entonces, se espera que tanto el joven como el maestro actúen EFICAZMENTE, es decir, desempeñen su labor con pasión, con ánimo de hacer bien las cosas, no como un pesado deber, sino como un trabajo deseado y valorado.

martes, 11 de mayo de 2010

Mi confrontacion con la docencia.

CONCRECIÓN DE MI PRÁCTICA DOCENTE

Después de una lectura detallada del perfil demandado por la EMS y las 10 competencias docentes que rescata Perrenoud acerca del tema y lo escrito por infinidad de pedagogos e investigadores, retrocedí en el tiempo y recuerdo que aproximadamente a los dos o tres años de laborar como docente percibí que no era suficiente que yo intentara transmitir a mis alumnos lo que yo sabía o dominaba acerca de la asignatura que imparto, el idioma inglés como lengua extranjera. Me di cuenta que era muy necesario influir en sus actitudes y determinadas habilidades para reaccionar positivamente hacia este tipo de aprendizajes, debía inmiscuirme de alguna manera y perseverar hasta lograr que elevaran su auto estima y adquirieran primeramente un cierto grado de autosuficiencia y dominio propio para siquiera intentar comunicarse en otro idioma.
Ahora bien, refiriéndome al perfil de egreso del bachiller, es imposible imbuir en los jóvenes este tipo de competencias, actitudes y valores si no las tenemos primeramente nosotros como docentes, y querámoslo o no, somos modelos ante cada uno de ellos y ante la sociedad, y resulta interesante hasta qué grado deseen emularnos o no.
De las diez habilidades básicas que debiera poseer como docente, y tratando de ser sumamente introspectiva y honesta conmigo misma, encuentro lo siguiente en cuanto a lo que he logrado concretar dentro de mi propia práctica docente hasta el momento y lo que aún me parece muy difícil lograr:
Considero que organizar y animar situaciones de aprendizaje, sabiendo implicar a los alumnos en actividades de investigación o proyectos de conocimiento es factible de lograrse con una excelente planeación y originalidad en las secuencias didácticas.
Gestionar la progresión de los aprendizajes significa concretar los mecanismos favorables para la didáctica de la disciplina creando situaciones problema en las que se pueda vigilar y evaluar las fases del desarrollo intelectual de los jóvenes. Se requiere de un plan de evaluación-acreditación muy claro y detallado juntamente con la colaboración de tutores y orientadores, y eso facilita mucho el bachillerato para la mayoría de los jóvenes. La enseñanza del inglés permite poner en práctica este tipo de situaciones para los jóvenes. Ejemplo: ¿Cómo ordenarías tu platillo favorito en un restaurante?
Asumir la heterogeneidad del grupo haciendo funcionar una pedagogía diferenciada considero que es la labor de un tutor, y cada docente debiera ser un tutor en cada uno de sus grupos, e incluso con los alumnos a los que no les imparte clase. A título personal, me atrevo a decir que el trato que tengo con cualquier joven del plantel donde laboro es el mismo para todos. Intento ser afable, interesarme por sus problemas e incluso notar cambios de humor o de actitudes y hasta ayudar discretamente a varios con el pago de su colegiatura.
Estimular y mantener vivo el deseo de saber en los jóvenes bachilleres es fácil con los nuevos cursos de inglés basados en competencias que se utilizan en el nivel bachillerato.
Trabajar en equipo como docentes en cuestiones como dinámica de grupos y estar capacitados para ser mediadores y moderadores entre mis mismos compañeros a veces lo encuentro difícil por cuestiones de tiempo y el hecho de trabajar en tres distintos lugares.
Participar en la gestión de la escuela, es decir, abrirse a la comunidad educativa en conjunto si lo hago, y me intereso por ayudar dentro y fuera del plantel.
Informar e implicar a los padres es también difícil para mí pues al ver los problemas de los padres me exaspero y entonces comprendo la razón por la que sus hijos tienen problemas. Conceder un espacio más activo y de mayor colaboración a los padres en cuanto a la educación de sus hijos me provoca más conflictos de los que podría resolver.
Utilizar las nuevas tecnologías y evolucionar juntamente con los avances de las TIC’s me gusta mucho pues en ellas he descubierto una herramienta de gran valor para estimular a los jóvenes.
Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión, afirmar los valores en una sociedad que parece contradecirlos, prevenir la violencia, luchar contra los prejuicios y las discriminaciones así como desarrollar un sentimiento de justicia y equidad es una de las constantes en mis clases, pues sin ética, no se puede avanzar mucho en el trato con los jóvenes.
Y finalmente, organizar la propia formación continua, participar en la formación de compañeros, saber desarrollar un proyecto de innovación continua considero que es algo muy real en mi vida, pues utilizo una computadora, descargo clases completas, videos y ejercicios para mejorar mi práctica docente, y no escatimo gastos para dejar satisfechos a mis alumnos cuando esperan recibir una clase que realmente valga la pena para ellos.
Como ejemplo final, cito el siguiente caso: En una conversación intrascendental, un alumno me comentaba lo mucho que le gustaría viajar y conocer nuestro país. Le comenté acerca de un ex-soldado inglés que tiene un programa en “Discovery Channel” en el que lo dejan en las cumbres más altas del mundo, o en lo más profundo de las selvas, y con solamente una mochila a la espalda y mucho ingenio, siempre logra salir de esos lugares a pie para encontrar ayuda. El joven estudiante me dijo que le gustaría muchísimo poder ver uno de esos programas de televisión pero no tenía ese tipo de programación en su casa. Meses después, andando yo de compras en la capital de mi estado, encontré un DVD de colección con dos programas grabados de la serie del ex-soldado británico. Estaba en oferta y lo compré. Al día siguiente se lo presté al joven en cuestión para que lo viera en su casa. Me lo devolvió 3 días después con una amplia sonrisa y agradeciendo la confianza y que yo recordara aquella conversación.
Este tipo de detalles nos ayudan mucho a desarrollar lazos de amistad y respeto con nuestros alumnos, y hasta el momento, no me he arrepentido de tener este tipo de detalles con los jóvenes. Realmente lo agradecen, y su actitud cambia muchísimo, y de una forma muy positiva.

Elizabeth Rosas Mata.

La aventura de ser docente.

COMO ES QUE LLEGUE A SER MAESTRA.

Podría decir que nunca pensé ser maestra. Me casé muy joven y me dediqué durante casi diez años a ser ama de casa y enfermera de mi hijo mayor quien nació con espina bifida; no quise nada más que ser su maestra particular, su mentora y principal apoyo en todo, así como cuidar de un matrimonio frágil y tenso a causa de todo lo que implicaba un bebé con necesidades especiales.
Un día me ofrecieron cubrir un interinato en Colegio de Bachilleres por necesidades muy específicas del plantel, por recomendación de algunas de las personas del poblado que dijeron que yo sabía muy buen inglés. Mi hijo ya tenía 9 años e iba bien, y yo empezaba a ser una madre sobre-protectora. Tenía ya a su hermano menor de 6 años, de modo que acepté, pero ahora con miras a cuidar de mis hijos cuando algún día llegaran a estar en ese nivel educativo, pues para sentirme tranquila, yo sentía que aún requerían de mi observación y cuidados.
Posteriormente las necesidades del plantel se ampliaron y se amplió mi oferta de trabajo al frente de los grupos, con una carga horaria cada vez más mayor. Mis suegros y mi esposo me apoyaron y me lancé con todo mi esfuerzo a continuar trabajando como docente en la preparatoria Nuevo León, estudiando simultáneamente la Licenciatura en Docencia del Idioma Inglés en la Universidad Autónoma de Baja California.
No sabría explicar a ciencia cierta por qué acepté trabajar como maestra de inglés, tal vez simple curiosidad, un ingreso adicional en mi hogar, o el deseo de cambiar rutinas, el caso es que en cuanto el director me presentó ante el primer grupo y me dejo ahí sola frente a esos adolescentes, me sentí como pez en el agua y me esforcé por transmitir lo que yo sabía, y en hacerlo bien. Pero obviamente, hace 16 años sólo me entregaron un programa de estudios y un manual que me indicaba que enseñara a los jóvenes a interpretar textos en una lengua extranjera. Eso era todo.
Hoy, admito lo poco que sabía entonces y lo mucho que me falta aún por aprender. La intención sigue siendo la misma; transmitir mis conocimientos y lograr que los alumnos se den cuenta que el dominio de una lengua extranjera no es privilegio de unos cuantos; pero ahora debo preparar, sistematizar, desarrollar, evaluar constantemente y promover el auto-aprendizaje entre mis alumnos.
Ser profesora y haber sido maestra de mis tres hijos varones ha sido muy satisfactorio para mí. Ellos me han comentado en alguna ocasión que muchos de sus mejores momentos en el bachillerato han sido durante mis clases, que sus compañeros tienen una buena opinión de mi y lo mejor de todo, es escucharlos hablar inglés con otras personas, no solamente cuando yo los forzaba o lo exigía.
Ser docente en bachillerato es lo que yo considero el momento perfecto para dejar huella, para marcar pautas y modificar o reafirmar comportamientos, pues es el punto exacto cuando los jóvenes empiezan a pensar qué es lo que van a hacer con sus vidas. Muchas veces he podido ser una influencia positiva y otras, he recibido unas excelentes lecciones de vida. Siento mucho respecto por los jóvenes, admiro su juventud y condeno su falta de auto-estima, o el exceso de ella. Muchas veces les digo que nunca volverán a ser tan fuertes, hermosos y únicos como en esos años de bachillerato, de manera que mi más ferviente anhelo para ellos, es que posean la capacidad de discernir bien las decisiones que tomen.
Algunos de los momentos de satisfacción más grandes que he tenido a lo largo de ya casi diecisiete años en Colegio de Bachilleres han sido las ocasiones en las que vuelvo a ver jóvenes ya hechos y derechos que me agradecen la insistencia con la que yo los obligaba a permanecer estudiando, o a no claudicar al reprobar alguna asignatura, o a hablar con aquel maestro con el que tenían problemas. Esas palabras son las que me indican que trabajo en esto por amor, no nada más por el sueldo o por observar a mis propios hijos en el entorno escolar.
Cuando me dicen que me miro exactamente igual que cuando les di clases, les digo que creo sinceramente que los maestros tenemos algo del Dorian Gray de Oscar Wilde, pues al permanecer nosotros mismos en las aulas durante mucho más tiempo que ellos que deben egresar a diferencia de sus maestros, absorbemos algo de la juventud de cada generación de los bachilleres; o tal vez sea simplemente que al hacer las cosas con gusto, nuestro rostro se arruga menos.
Pero no sería justo hablar solamente de los aspectos positivos de la docencia, sino de los errores cometidos. Entre ellos, guardo siempre un recuerdo marcado por la frustración por aquellas ocasiones en las que al no lograr obtener una conversación en un inglés medianamente coherente de parte de aquellos jóvenes cohibidos o siempre distraídos, yo misma me doy por vencida, y simplemente dejo de prestarles atención, permitiendo que ocurra lo inevitable, que reprueben la materia.
Ya lo dijo un educador cuyo nombre se me escapa en estos momentos: “Todos pueden”. Me siento culpable de no brindar a todos las oportunidades necesarias para que se den cuenta que sí pueden; que si realmente se esfuerzan, sí pueden; de claudicar cuando ellos necesitan un último empujón y sobre todo, de querer apresurarlos cuando yo ya se que su ritmo de aprendizaje no es igual para todos.
Ahora con esta aventura llamada Especialidad en Competencias Docentes, deseo lograr que todos puedan, deseo tener una práctica exacta para cada tipo de alumno, un ejercicio con el que todos se comuniquen y lo disfruten, que me tengan la confianza necesaria para pedirme que les explique todo de nuevo, y sobre todo, que yo posea el respeto, la paciencia y la capacidad suficientes para hacerlo una vez más, pero con la actitud adecuada.
Gracias por tomarse el tiempo de leer esta historia. Agradeceré cualquier comentario.

Saludos de Elizabeth Rosas.

Los saberes de mis estudiantes

Rasgos
Características
Conflictos
Los cambios físicos y psicológicos de la adolescencia son muy rápidos, y el joven no se adapta rápidamente a ellos. No los asimila. Su cuerpo se transforma en el de un adulto, pero sigue reaccionando de forma inmadura. Empieza a darle mucha importancia a su aspecto físico y llega a sufrir cambios drásticos en su vestuario y personalidad en el afán de integrarse y sentirse más atractivo. Piensa que todos lo observan y busca la perfección física. Se genera un distanciamiento físico con sus padres, y puede darse el desafío a la autoridad.
Identidad
Renuncian a la dependencia de los padres, buscan la autonomía e independencia, cuestionan la autoridad de las personas adultas, prestan mayor atención al hecho de tener amistades, y consideran la importancia de pertenecer a un grupo de amigos.
Evolución de la inteligencia
Adquieren nuevas formas de pensar, sus razonamientos se vuelven más formales e hipotético-deductivos. Analizan sus experiencias, sacan conclusiones y tienen una conciencia más realista. Empiezan a pensar en el futuro y a hacer planes.
Interrelaciones
Las relaciones con personas de su misma edad se vuelven muy importantes y necesarias para comprender por lo que están pasando, aunque prefieren la tecnología que la comunicación directa con sus pares; desconfían de lo que se les enseña en la escuela, pues saben que no es la única fuente del saber, se identifican y absorben la música, en especial el rock en español y los mensajes de las canciones. Prefieren la velocidad y la sonoridad de la música antes que una conversación.
Conociendo esto, es nuestro deber apelar a la sensibilidad de nuestros jovenes para llegar a ellos, alcanzar su corazon y su mente, y entonces, intentar redescubrir el mundo con ellos, llevandolos sutilmente por la direccion correcta.